Los dos sospechosos de planear ataques masivos en conciertos de la cantante estadounidense Taylor Swift en Austria habían prometido lealtad a ISIS, el temible grupo terrorista que siembra el horror en varias partes del mundo, como el ataque en una sala de conciertos en Moscú el pasado marzo, que dejó al menos 137 muertos.
ISIS es la sigla en inglés del grupo, Islamic State of Irak y Siria, aunque en el mundo árabe se los conoce también como Daesh.
Sus orígenes se remontan al 2004 cuando Abu Omar al-Baghdadi lo lanzó como una rama de al-Qaeda, la sangrienta organización que bajo el liderazgo de Osama bin Laden, orquestó el ataque del 11 de septiembre del 2001 en Nueva York y el Pentágono que dejaron unos 3,000 muertos.
Como una rama de al-Qaeda, el flamante ISIS combatió junto a su organización madre durante la insurgencia irakí.
Se estima que ISIS se independizó de al-Qaeda en el 2014, cuando con más miembros en sus milicias, comenzó a capturar grandes territorios en el noroeste de Irak y en el este de Siria.
Sus integrantes se proclaman bajo un califato y obedecen estrictas normas extremistas en lo político, militar y en la religión, a pesar de que la mayoría de musulmanes en el mundo la rechaza precisamente por su extremismo y violencia y le resta legitimidad.
Su meta es la imposición de un califato, una especie de gobierno que combina elementos religiosos con lo político, lejos de los cinco pilares básicos del Islam, como el credo musulmano, la oración, la caridad hacia los pobres, ayuno en el mes de Ramadán y el peregrinaje a la Meca.
Tras su conformación, ISIS persiguió a cristianos y musulmanes chiítas a través de ataques, secuestros y degollamientos que eran transmitidos en videos por redes sociales.
Pero con el correr de los años, ISIS comenzó a perder territorio gracias a los embates de las fuerzas armadas de Irak y las fuerzas democráticas sirias, asistidos por la coalición que lideraba EEUU.
ISIS fue designado como “grupo terrorista” por las Naciones Unidas y varios países, incluido Estados Unidos.
Ya sin territorios bajo su implacable yugo, ISIS se centró en ataques esporádicos como los bombazos en Irán durante un acto donde se recordaba la figura del comandante Qasem Soleimani, que dejó 103 muertos en enero de este año.
Otro ataque que se atribuyó ISIS fue el perpetrado en una sala de conciertos en Moscú en marzo de 2024 que causó la muerte de al menos 137 personas.
ISIS BUSCA LA IMPOSICIÓN DE UN CALIFATO
Los líderes de ISIS raras veces siguen los preceptos del Islam y se centran en interpretaciones propias del Corán, el libro sagrado del Islam, basadas en las enseñanzas de un egipcio, Sayyid Qutb, de la Hermandad Musulmana.
ISIS busca la imposición de un califato, una especie de sociedad islámica o “estado sunni”, guiada por las estrictas leyes del “sharia”, que promueve la “yihad”, o “guerra santa” contra los “infieles”.
En la actualidad, se estima que ISIS cuenta con entre 60,000 y 250,000 miembros en todo el mundo.
Las autoridades que investigan el complot para atacar conciertos de Taylor Swift en Austria, dijeron a periodistas que el principal sospechoso, un austriaco de 19 años, comenzó a trabajar en sus planes de ataque en julio, y hace apenas unas semanas subió a internet un juramento de lealtad al actual líder del grupo ISIS, según reporta AP.
Planeaba usar cuchillos o explosivos caseros.
“Quería llevar a cabo un ataque en el área fuera del estadio, matando a tantas personas como fuera posible usando los cuchillos o incluso usando los artefactos explosivos que había fabricado”, dijo a la AP Omar Haijawi-Pirchner, jefe de la Dirección de Seguridad e Inteligencia del Estado, citando la confesión del joven de 19 años.