MÉXICO - En medio de la oscuridad los inconformes interceptaron un convoy de policías para tratar de impedir que los hermanos Héctor y Luis Manuel fueran trasladados a Ciudad de México, tras ser detenidos por estar supuestamente vinculados con la masacre de seis niños y tres mujeres en Sonora.
"Ellos son gorditos como yo, usted se imagina qué persona va a tener fuerza para subir y andar allá", argumenta Jesús Hernández, hermano de dos de los detenidos.
Jesús y Patricia son hermanos de los acusados y dicen que los uniformados les sembraron drogas y armas antes de sacarlos violentamente de su casa, donde cuidaban a su padre enfermo.
"Tenemos pruebas de que ese dia no estuvieron en ninguna parte más que aquí", asegura Patricia Hernández.
Ante su desesperación, los Hernández recurrieron a los deudos del crimen del cual acusan a los suyos.
"- ¿Se han comunicado con ustedes directamente?... Sí, ayer habló la hermana de estos muchachos y me dijo: oiga señor a nosotros nos duele muchísimo lo que pasó, pero nuestros hermanos no son sicarios y son inocentes", compartió Julián LeBarón.
Reveló que las autoridades le confirmaron que días después de que mataron a sus familiares detuvieron a un hombre y luego ubicaron a los tres supuestos sicarios que están siendo procesados.
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"Lo último que queremos también es que sean chivos expiatorios, ojalá y tengan pruebas", subrayó Julián LeBarón.
Por su parte, los encargados de impartir justicia aseguran que todo está en orden.
La Fiscalía General de la República confirmó que los tres detenidos permanecen en sus instalaciones de la capital mexicana y en breve serán puestos a disposición de un juez federal.
En tanto los afectados piden que las investigaciones continúen hasta atrapar todos los asesinos.
"Pero también quién los mando, cuál fue el propósito, a qué nivel llega esto", destacó Lenzo Whitman, familiar de las víctimas.
Mientras, ya se preparan para recordar a las víctimas a un mes de que las balas truncaran sus vidas.
