El pasado domingo se cumplieron 20 años del paso del tornado que dejó un muerto, un centenar de heridos y más de 170 millones de dólares en daños.
La mañana del 11 de agosto de 1999 comenzaba con vientos cálidos del sur generados por un sistema de altos niveles que avanzaba sobre el norte de Utah desde nevada.
Los sondeos atmosféricos mostraban condiciones favorables para el desarrollo de tormentas, sin embargo, pocos imaginaban lo que llegaria esa fatídica tarde.
Según el servicio meterológico nacional, Utah está entre los estados con menor cantidad de tornados, con un promedio de dos al año y tornados de intensidad, uno cada siete años.
En nuestra región, raramente se dan las condiciones debido al clima seco y el relieve montañoso.
Hace 20 años en el valle se formó un frente de convergencia entre las brisas del gran lago salado y los vientos del sur traidos por una vaguada en la atmósfera superior.
La diferencia en direcciones del viento daba la rotación para la corriente ascendente de aire que alimentaria la fuerte tormenta que a las 12:35 se extendía sobre el norte del valle de Salt Lake. A las 12:45 pm el tornado finalmente se poso sobre la ciudad.
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Durante 14 minutos estuvo el tornado tocando tierra mientras viajaba 4 millas intensificándose hasta llegar a fuerza f2. Con vientos entre 113 y 157 millas por hora continuó otros 10 minutos viajando casi otras 4 millas.
Los daños, estimados en 170 millones de dólares, alcanzaron Delta Center, Wyndham Hotel, El Assembly Hall de La iglesia de jesucristo, Capitol Hill, Memory Grove, Edge Hill. También más de 300 edificaciones dañadas y 34 de ellas inhabitables, cientos de árboles derribados, 80 personas heridas y una víctima fatal.
