Un autobús turístico que se estrelló y mató a cuatro turistas chinos cerca de un parque nacional en Utah en 2019 tuvo problemas ese mismo día porque el motor no arrancaba, según un nuevo documento publicado el miércoles por las autoridades estadounidenses que investigan el incidente.
El conductor del autobús tuvo que hacer una videollamada desde una gasolinera con su jefe, quien le dijo que se metiera debajo del autobús y le diera al arranque "dos buenos golpes". Eso funcionó y el autobús arrancó, según nuevos documentos publicados por la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte que detallan la investigación.
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Poco después, el conductor perdió el control del autobús y se salió de la carretera cuando intentó corregir el rumbo el 20 de septiembre de 2019 cerca del Parque Nacional Bryce Canyon. El autobús chocó contra una barandilla, se volcó, aplastó el techo y arrojó a la gente del vehículo.
Los 30 pasajeros resultaron heridos, 17 de los cuales sufrieron heridas graves y nueve heridas leves. Como es común en los autobuses turísticos, no todos usaban cinturón de seguridad.
El informe no proporciona una causa probable del accidente ni explica qué papel, si lo hay, jugó el problema anterior en el incidente. El detalle sobre el problema del motor se incluye en una de las docenas de documentos publicados en línea por NTSB.
El autobús de 2017, operado por una compañía de viajes en el sur de California que atendía a turistas chinos, parecía estar al día en sus inspecciones y mantenimiento, según muestran los documentos.
El conductor había comenzado a trabajar para la compañía de viajes nueve días antes del accidente, pero les dijo a los investigadores que tenía dos años y medio de experiencia conduciendo autobuses similares para una compañía de viajes diferente.
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Dijo que la sección de la carretera se sentía diferente desde la última vez que la condujo meses antes con la empresa anterior, y la describió como "resbaladiza", según una transcripción de su entrevista con los investigadores. Sin embargo, no había llovido ni nevado en las últimas 24 horas en el área, según el informe.
También insistió a los investigadores en que no conducía cuando el autobús se inclinaba hacia adelante y hacia atrás y finalmente volcaba, atribuyendo la pérdida de control a que la carretera, según él, sentía que había sido "recién pavimentada".
Un nuevo sello en la superficie se aplicó a la carretera un mes antes del accidente, dijo la NTSB en los documentos.
"Siempre estoy conduciendo allí, y es la séptima vez que paso por allí. Puedo decir que está recién pavimentado", dijo a los investigadores a través de un intérprete de mandarín. “Siento que el auto estaba fuera de control, aunque no moví el volante. Y siento que está muy resbaladizo, el camino lo está".
No tenía drogas ni alcohol en su sistema, mostró un informe de toxicología. Sus licencias requeridas para conducir autobuses turísticos eran válidas en el momento del accidente. También conducía dentro del límite de velocidad: 64 mph (103 kph) en una zona con un límite de velocidad de 65 mph (105 kph).
El conductor además dijo a los investigadores que no estaba mirando su teléfono ni ningún dispositivo GPS en el momento del incidente y los registros de teléfonos celulares obtenidos por los investigadores muestran que la última actividad en su teléfono fue una hora antes del accidente.
El conductor, cuyo nombre no figura en el informe, fue citado por no mantener el carril, revela el documento.
El grupo de adultos mayores de China estaba en una gira de siete días que comenzó en Los Ángeles y estaba programada para terminar en Salt Lake City. El autobús se estrelló a solo unas millas del Parque Nacional Bryce Canyon, que es conocido por sus rocas rojas de formas intrincadas llamadas hoodoos.
El parque del sur de Utah, que se encuentra a unas 300 millas (480 kilómetros) al sur de Salt Lake City, atrajo a casi 2,6 millones de visitantes en 2019.
Los pasajeros entrevistados por los investigadores después del accidente recordaron haber visto al conductor debajo del autobús tratando de solucionar el problema, lo que llevó a algunos a decir que eso les hizo pensar que el autobús no estaba en buenas condiciones.
Sus entrevistas revelan la horrible experiencia de los pasajeros.
Un hombre recordó haber salido del autobús, le sangraba la nariz y haber visto cuerpos y personas tirados por todo el suelo. Fue a buscar a su esposa y la encontró gritando pidiendo ayuda, la mitad de su cuerpo fuera del autobús, pero una pierna pegada a algo adentro.
Dijo a los investigadores que recuerda haber visto a tres hombres de pie junto a los cuerpos de sus esposas.
Un hombre dijo: "Se fue, se fue, ¿qué voy a hacer?" Otro esposo comenzó a gritarle al conductor del autobús, quien sufrió heridas leves en el accidente.
