Única en el mundo: la sorprendente mezquita de Jesucristo

Desde hace años, está en medio del desierto en Jordania y es un símbolo de convivencia.

Es la única mezquita en el mundo árabe y probablemente en el resto del planeta que lleva el nombre de Jesucristo y más de diez años después de su construcción en la ciudad jordana de Madaba se ha convertido en un símbolo de armonía y convivencia frente al extremismo religioso.

La mezquita de Jesucristo fue abierta en 2008 por iniciativa de Ghaleb al Oteibi, un hombre de negocios jordano que se estableció en Ucrania hace años y que decidió levantar el templo en esta localidad situada a unas 20 millas de Ammán por una mezcla de sentimiento de afinidad y reconocimiento a la convivencia interreligiosa.

"Para ser franco, decidí darle este nombre a la mezquita porque este enviado (Jesucristo) fue expuesto a las injusticias de los judíos y porque fue él quien dijo a la humanidad que el siguiente profeta que vendría sería Mahoma", señaló Al Oteibi en una breve conversación telefónica con Efe.

"Tenemos relaciones cordiales en Madabe con nuestros hermanos cristianos, que celebraron la idea", destacó Al Oteibi, que visita dos veces al año a su familia en esta localidad en coincidencia con las fiestas del fin del ayuno y del sacrificio musulmanes.

El templo está situado a unos 700 pies del patriarcado de la Iglesia Ortodoxa Griega y hoy religiosos del islam y del cristianismo coinciden en que refleja lo que comparten estos dos credos exaltando la coexistencia entre cristianos y musulmanes.

"En realidad rechazamos la palabra (coexistencia) porque lo que nos une, aquí en Madaba y ciertamente en el resto de Jordania, es algo más fuerte, es la hermandad y el afecto que se desarrolló y mantuvo durante siglos", indicó a Efe el subdirector del Departamento de Asuntos Religiosos de Madaba.

"Consideramos a Jesucristo como una parte integral de nuestro credo y Dios nos manda no diferenciar entre sus enviados", dijo.

Destacó que musulmanes y cristianos en Madaba han vivido en armonía durante siglos y han desarrollado una vida social en común, participando incluso los unos en las fiestas destacadas de los otros.

"Durante el mes del ayuno de ramadán, por ejemplo, los cristianos normalmente preparan la comida para romper el ayuno para los musulmanes", indicó, en alusión a la cena que los musulmanes hacen al ponerse el sol tras un día sin probar alimento ni agua.

Destacó que la reacción de la comunidad cristiana a la construcción de una mezquita con el nombre de Jesucristo fue muy positiva.

El padre Firas Aridah, párroco de la iglesia de la Decapitación de San Juan Bautista, del Patriarcado Latino de Jerusalén, coincidió en la buena relación comparándola con los mosaicos que hacen famosa a esta pequeña urbe.

"Estamos orgullosos de que la diversidad en esta ciudad se parezca a sus mosaicos", indicó a Efe el religioso franciscano.

Jordania muestra un modelo de armonía interreligiosa que hubiera evitado muchos problemas a otros países árabes si la hubieran seguido", dijo el padre Aridah mencionando a Siria, Irak o el Líbano.

El director del Centro de Prensa Católico de Ammán, el padre Rifaat Bader, alabó la construcción de la mezquita de Madaba, destacando que expresa "las ideas comunes de las dos religiones y la proximidad afectiva entre musulmanes y cristianos.

El papa Benedicto XVI alabó al rey Abdalá II como un hombre de paz y a Jordania como un país de coexistencia y diálogo durante su visita en 2009, recordó.

Bader destacó que el modelo interreligioso jordano ha sido "decisivo para luchar contra el extremismo y el terrorismo en las últimas décadas".

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