En el Día Nacional de Sobrevivientes de Cáncer, que se conmemora en Estados Unidos el primer domingo de junio, dos mujeres que lograron superar esta difícil enfermedad comparten su filosofía de vida.
Para Teresa Giannelli, una visita al quiropráctico le salvó la vida. La mujer, sobreviviente de cáncer en dos oportunidades, dijo que no se imaginaba que la enfermedad llegaría a su vida una segunda vez.
Giannelli, de 60 años, sobrevivió el cáncer de tiroides debido a la rápida detección y tratamiento; cuando se encontraba en remisión por más de 3 años, una visita al quiropráctico le dio un diagnóstico inesperado.
“Después de visitar al quiropráctico, me hizo unas placas y me dijo que tenía mieloma múltiple”, aseguró Giannelli. “Jamás en mi vida había escuchado eso”.
Giannelli contó que en el momento le pareció fuera de lugar que un quiropráctico, doctor que no se especializa en cáncer, la haya diagnosticado con tanta ligereza.
“Los médicos no me daban una explicación, yo salí de un cáncer una vez, y me dicen esa vez que no está ligado a la tiroides”, compartió. “Sólo me decían: 'tienes mala suerte'”.
Esta enfermedad es conocida por afectar la médula ósea, debilitar los huesos, los riñones y daña otros órganos.
“Lo primero que pensé en el momento del diagnóstico fue en mis hijos, solo en ellos”, dijo Giannelli.
Por su parte, su hija, Andrea Aellos, aseguró que una situación tan difícil como esta la hizo madurar a muy corta edad y le enseñó el valor de poder vivir la vida, todos los días.
“Toda mi vida pasó a un segundo plano, mi vida, mis clases, mi trabajo.. todo", contó. “Ya mi prioridad era mi mamá, era lo único que me importaba”.
Giannelli dijo agradecer a su hija por tener la valentía de ayudarla en los peores momentos, gracias a su fortaleza superó la enfermedad por segunda vez y hoy en día disfruta de los pequeños momentos, enfocándose en vivir un día a la vez.
FORTALEZA EN FAMILIA
Otra sobreviviente de cáncer, Silvia Trevisiol, de 46 años, recuerda cómo fue diagnosticada con linfoma de Hodgkin en etapa 2. En ese entonces, su hija de 13 años le dijo que no iba a permitir que su mamá usara pañuelos en la cabeza, así que le pidió que usara pelucas al momento de perder su cabello.
“No quería que la gente me tuviera lástima, así que eso hice, sólo le decía a la gente que me había hecho un nuevo cambio de look", comentó Trevisiol.
“Bueno, mi hija fue mi fortaleza, yo dormía con ella, de alguna forma encontraba la tranquilidad y esperanza, ella me hizo más fuerte”, dijo Trevisiol.
A solo seis meses de iniciar su tratamiento, pudo entrar en remisión y llegar a estar libre de cáncer. Por ahora, dijo que desea seguir gozando de salud para estar con su familia y ver a sus hijos crecer.
"Todo en mi vida cambió, intenté cocinar, y llevar a mis hijos al colegio pero todo eso era secundario, sólo quería vivir para mis hijos, nada más importaba," aseguró Trevisiol.
Trevisiol dijo que intenta ver esta experiencia desde lo positivo y aseguró que en su vida los pequeños momentos son los que la hacen sentir realmente viva.
"No importa como se vea tu cabello, ni tu cuerpo, ni las cosas materiales que poseas... al final del día, nada de eso importa", dijo.
Además de tener a sus hijos, para Trevisiol fue indispensable contar con la compañía de su esposo, ya que asegura que él estuvo ahí en todo momento, brindándole fuerza y motivación para seguir.
Según un estudio del centro de investigación Fred Hutchinson Cancer Research Center, una mujer tiene seis veces más probabilidades que un hombre de separarse o divorciarse poco después de que le diagnostiquen cáncer, este estudio examinó el papel que desempeña el género en el llamado "abandono de la pareja". El estudio también descubrió que cuanto más largo era el matrimonio, más probabilidades había de que permaneciera intacto.
Estas dos mujeres guerreras coinciden en que el “vivir un día a la vez” y la familia son lo más importante. Ellas dijeron que la familia siempre va a estar en los momentos más difíciles, cuando más se necesita.