Lo que ves en tu feed de Twitter está cambiando, pero ¿cómo?
Dando acceso a periodistas seleccionados a algunas de las comunicaciones internas de la empresa, apodadas como “The Twitter Files” (“Los archivos de Twitter”), el nuevo propietario de esa plataforma de redes sociales, Elon Musk, ha intentado demostrar que miembros del equipo directivo anterior supuestamente trataron de acallar a las voces conservadoras.
Esta semana, Musk desmanteló un grupo asesor clave, el Trust and Safety Council (Consejo de Confianza y Seguridad), un grupo de unas 100 organizaciones independientes civiles, de derechos humanos y de otro tipo que la empresa formó en 2016 para combatir la incitación al odio, el acoso, la explotación infantil, el suicidio, las autolesiones y otros contenidos delicados en la plataforma.
¿Qué significan estos cambios para lo que aparece en tu contenido diario? En primer lugar, demuestran que Musk está dando prioridad a mejorar la percepción de Twitter entre la derecha política estadounidense. No está prometiendo una libertad de expresión sin restricciones, sino un cambio en qué mensajes se amplifican o se disimulan.
¿QUÉ SON LOS ARCHIVOS DE TWITTER?
Musk compró Twitter por $44,000 millones a fines de octubre y desde entonces se asoció con un grupo de periodistas cuidadosamente seleccionados, incluido el exescritor de Rolling Stone Matt Taibbi y la columnista de opinión Bari Weiss. A principios de este mes, comenzaron a publicar, en forma de una serie de tuits, sobre las acciones que Twitter tomó anteriormente contra las cuentas que creía que violaron sus reglas de contenido. Han incluido capturas de pantalla de correos electrónicos y otros mensajes internos que reflejan conversaciones dentro de Twitter sobre esas decisiones.
Weiss escribió el 8 de diciembre que “los autores tienen un acceso amplio y cada vez mayor a los archivos de Twitter. La única condición que acordamos fue que el material se publicaría primero en Twitter”.
Weiss publicó el lunes la quinta y más reciente entrega sobre las conversaciones que llevaron a la decisión de Twitter del 8 de enero de 2021 de suspender permanentemente la cuenta del entonces presidente Donald Trump, “debido al riesgo de una mayor incitación a la violencia” luego del letal asalto al Capitolio de Estados Unidos dos días más antes. Las comunicaciones internas muestran al menos a un miembro anónimo del personal que duda de que uno de los tuits sea realmente una incitación a la violencia. También revela la reacción de los ejecutivos a una campaña de algunos empleados que presionan para endurecer las medidas contra Trump.
¿QUÉ ARCHIVOS FALTAN?
Los llamados archivos de Twitter revelan parte del proceso interno de toma de decisiones que afecta principalmente a las cuentas conservadoras en esa red social y que según la compañía infringieron sus reglas contra los comportamientos de odio, así como aquellas que violaron las reglas de la plataforma contra la difusión de información errónea sobre el COVID-19.
Pero los reportes se basan en gran medida en anécdotas sobre un puñado de cuentas de alto perfil y los tuits no revelan números sobre la escala de las suspensiones y qué puntos de vista tenían más probabilidades de verse afectados. Los periodistas parecen tener acceso ilimitado a los mensajes de la empresa en la aplicación Slack —visibles para todos los empleados—, pero han confiado en los ejecutivos de Twitter para que les revelen otros documentos.
LOS ARCHIVOS DE TWITTER MENCIONAN “SHADOWBANNING” ¿QUÉ ES ESO?
En 2018, después de que el entonces director ejecutivo, Jack Dorsey, dijera que Twitter se centraría en la “salud” de las conversaciones en la plataforma, la empresa describió un nuevo enfoque destinado a reducir el impacto de los usuarios problemáticos, o trolls, mediante la detección de “indicios de comportamiento” que tienden a indicar cuándo los usuarios están más interesados en inflar ciertas conversaciones que en contribuir.
Twitter ha dicho desde hace mucho tiempo que usó una técnica descrita internamente como “filtrado de visibilidad” para reducir el alcance de algunas cuentas que podrían violar sus reglas, pero que no alcanzan un nivel tan grave como para ser suspendidas. Sin embargo, rechazó los señalamientos de que estaba “shadowbanning” (“censurando en secreto”) los puntos de vista conservadores.
Las capturas de pantalla que muestran lo que ve un empleado al consultar cuentas de usuarios prominentes, y que fueron divulgadas a través de los archivos de Twitter, muestran cómo funciona ese filtrado en la práctica. También llevaron a Musk a pedir cambios para hacerlo más transparente.
“Twitter está trabajando en una actualización de un software que mostrará el verdadero estado de tu cuenta, para que sepas claramente si has sido censurado en secreto, el motivo y cómo apelar”, tuiteó.
¿QUIÉN SUPERVISA AHORA LO QUE SE PUBLICA EN TWITTER?
Musk despidió a aproximadamente la mitad del personal de Twitter después de comprar la plataforma y posteriormente eliminó a un número desconocido de contratistas que se habían enfocado en la moderación de contenido. Algunos trabajadores que fueron retenidos pronto renunciaron, incluido Yoel Roth, exjefe de confianza y seguridad de Twitter.
La salida de tantos empleados planteó dudas sobre cómo podría la plataforma para hacer cumplir sus políticas contra la desinformación dañina, el discurso de odio y las amenazas de violencia, tanto dentro de Estados Unidos como en otros países. Las herramientas automatizadas pueden ayudar a detectar spam y algunas cuentas sospechosas, pero otras requieren una revisión humana más cuidadosa.
Es probable que los recortes laborales obliguen a Twitter a concentrar los esfuerzos de moderación de contenido en regiones geográficas donde hay regulaciones más estrictas que rigen las plataformas de redes sociales, como en Europa, donde las empresas tecnológicas podrían enfrentar grandes multas en virtud de la nueva Ley de Servicios Digitales, si no hacen esfuerzos para combatir la desinformación y el discurso de odio, de acuerdo con Bhaskar Chakravorti, decano de negocios globales en la Escuela Fletcher de la Universidad Tufts.
“El personal ha quedado diezmado”, afirmó Chakravorti. “Los pocos moderadores de contenido que quedan se van a centrar en Europa, porque Europa es la rueda que más rechina”.
¿HA HABIDO REPERCUSIONES?
Desde que Musk compró Twitter, varios investigadores y grupos de defensa han señalado un aumento en las publicaciones que contienen epítetos raciales o ataques contra judíos, gays, lesbianas y personas transgénero.
En muchos casos, las publicaciones fueron escritas por usuarios que dijeron que sólo estaban tratando de poner a prueba los nuevos límites de Twitter bajo el timón de Musk.
Según Musk, Twitter actuó rápidamente para reducir la visibilidad general de esas publicaciones, y que ha descendido la participación general en la incitación al odio desde que él compró la empresa, un hallazgo cuestionado por los investigadores.
La señal más obvia de los cambios en Twitter ha sido la rehabilitación de cuentas anteriormente prohibidas, una lista que incluye a Trump, el sitio de sátira The Babylon Bee, la comediante Kathy Griffin, el psicólogo canadiense Jordan Peterson y, antes de que lo expulsaran nuevamente, el rapero Ye, anteriormente conocido como Kanye West. Twitter también restableció las cuentas de supremacistas blancos neonazis, incluso Andrew Anglin, el creador del sitio web de supremacistas blancos Daily Stormer, junto con los partidarios de QAnon a quienes la vieja guardia de Twitter había estado eliminando en masa para evitar que el odio y la información errónea se propagaran en la plataforma.
Además, algunos tuiteros de alto perfil como la representante republicana Marjorie Taylor Greene, a quienes anteriormente se les prohibieron sus cuentas por difundir información errónea sobre el COVID-19, han vuelto a publicar afirmaciones engañosas sobre la seguridad de las vacunas y curas falsas.
Musk, quien también ha difundido mentiras sobre el COVID-19, retomó el tema con un tuit esta semana con el que se burló de los pronombres transgénero mientras pedía cargos penales contra el Dr. Anthony Fauci, el principal experto en enfermedades infecciosas de Estados Unidos y uno de los líderes de la respuesta del gobierno al COVID.
Musk, calificándose de ser un “absolutista de la libertad de expresión”, ha dicho que quiere habilitar todo el contenido legalmente permitido en Twitter, pero que también quiere reducir los mensajes negativos y de odio. En lugar de eliminar el contenido tóxico, el llamado de Musk que pide “libertad de expresión, pero sin libertad de alcance” indica que Twitter puede dejar tal contenido en línea, pero sin recomendarlo o amplificarlo a otros usuarios.
Pero después de despedir a la mayoría de los ejecutivos y asesores externos encargados de formular las políticas de Twitter, Musk parece a menudo ser el árbitro de todo lo que se pase de la raya. El mes pasado, el propio Musk anunció que expulsaría a Ye después de que el rapero publicara una imagen de una esvástica fusionada con una estrella de David, una publicación que no era ilegal pero sí profundamente ofensiva. La decisión generó preguntas sobre qué reglas rigen lo que se puede y no se puede publicar en la plataforma.